El Google PageSpeed es una herramienta de Google para controlar la velocidad de carga de una página web y ayuda a optimizarla para que sea más mobile-friendly. Pero, ¿realmente la necesitamos?
El primer paso para utilizar Google PageSpeed correctamente, es no obsesionarse con los resultados negativos. Ya os adelantamos que las penalizaciones de Google sobre las webs no son siempre relevantes para una web de hotel ya que no tiene en cuenta sus necesidades.
Equilibrio entre velocidad y diseño
Las páginas de hotel cargan muchas fotos con varios archivos JavaScript para que funcione el motor de reservas. Los "fallos" que aparecen al utilizar la herramienta de PageSpeed son absolutamente leves. Aunque Google baje el scoring por el contenido de las fotografías, éstas no son suficiente relevantes para afectar la velocidad de carga.
Esto sucede cuando Google considera que hay una foto de 500K que podría mostrarse con 499K, y penaliza al usuario varios puntos por cada imagen. Esta penalización se debe sólo a unos pocos bits que representan menos del 1% de la carga total de la web.
Intentando mejorar el score
A través de diferentes pruebas hemos comprobado que la única manera de conseguir estar con un score superior a 70 es haciendo una web absolutamente minimalista, con apenas imágenes. Pero para conseguir que la web sea responsive no nos podemos permitir el lujo de utilizar fotografías ya que las imágenes no tienen un tamaño predefinido y en algunas ocasiones son mayores que el contenedor que las muestra, lo que nos aporta otra penalización por parte de Google.
Lo más importante para una web de hotel es mantener las actualizaciones al día, tener un diseño efectivo y con estilo, y un motor de reservas que funcione correctamente. Podemos trabajar en la optimización de carga teniendo el Google PageSpeed en cuenta, pero sin perder de vista que no todos los cambios que nos propone son buenos para las reservas directas del hotel. Porque, si tenemos que eliminar o bajar la calidad de las fotografías, eliminar el motor de reservas y limitar el uso de las tipografías, ¿qué nos queda en la web?